Comedores sociales
Mi primer comedor social
En el día de hoy he asistido por primera vez a un comedor social. No es la primera vez que hago este tipo de voluntariados, ya que mi madre ha organizado muchos de estos, pero si es la primera vez que voy a una actividad de este tipo. Nunca había tenido un trato real con la gente a la que ayudaba, siempre solia preparar los alimentos o cualquier otra cosa, para que luego los mayores se encargasen de darselo a los necesitados.
Para haber sido mi primera vez ayudando, no ha estado tan mal como me esperaba. Yo diria, que me he ido con un sabor agridulce de allí.
Primero, mi madre y yo organizamos todas las bolsas del desayuno. En cada bolsa tuvimos que meter un brick de leche de 1 litro, un zumo pequeño, un paquete de galletas, dos piezas de fruta y un sandwich. Luego ayudamos a picar la comida para los distintos platos.
No voy a mentir cuando digo que no fue nada fácil. Al comedor entraba gente de todo tipo. Homeless, personas sin recursos, drogadictos... Fue algo un poco duro de ver, pero siempre tenemos que ser concienzudos de la suerte que tenemos y de que otros sin embargo no la tienen. En general estuvo bastante bien, solo tuve un rifirrafe con una señora que me hizo cambiar de sandía varias veces, y no me lo pidió de buenas formas así que me asuste un poco.
Cuando vas a este tipo de sitios, te das cuenta de la suerte que nosotros tenemos al tener la vida que nuestros padres nos dan. Esta gente puede que no tenga recursos pero siguen teniendo dignidad, y cuando llegan aquí puedes darte cuenta de la alegría que sienten al ser tratados como a todo el mundo, como si no fuesen invisibles en la calles.
Definitivamente ha sido una experiencia inolvidable.